Escrito por: Armando Navarro
El 12 de octubre de 1492 es una vergüenza para la humanidad, en lugar de estar pensando si celebramos o conmemoramos, lo mejor es concretar acciones que reparen el genocidio y epistemicidio que sufrieron los pueblos negros y originarios.
Ante este penoso hecho histórico, algunos pueblos del Abya Yala de nuestra América Latina le dieron un giro al 12 de octubre. Por ejemplo: Argentina, Uruguay le dieron el nombre del Día del Respeto a la Diversidad Cultural; Ecuador desde 2011 lo nombró como el «Día de la Interculturalidad y la Plurinacionalidad»; Bolivia es el Día de la Descolonización; Venezuela y Nicaragua lo nominaron como el Día de la Resistencia Indígena; Perú el Día de los Pueblos Originarios y del Diálogo Intercultural.
Mientras en otros países como Honduras, Salvador, Estados Unidos y lógicamente España, celebran el mestizaje y la gran llegada de Colón a América.
En Colombia, por exigencias populares, el Ministerio de Cultura cambió el nombre del Día de la raza por el Día de la diversidad étnica y cultural, nombre que deja todavía vacíos estructurales, ignorando la racialización y la multiplicidad de culturas que existen en nuestro país. Por tal razón, es imperativo hacer un consenso sobre cómo se debe denominar esta fecha, pero sobre todo, aplicar políticas socioeconómicas de inclusión, no como obsequios ni prestados, sino como derechos.
Les comparto unos fragmentos de la historia no contada oficialmente, que Eduardo Galeano nos regaló con una visión clara del contexto político y social de nuestro territorio: Las Venas Abiertas de América Latina.
«América no era un continente vacío ni atrasado, vivían los pueblos tejiendo sus propias historias.»
«Se calcula que antes que llegaran los españoles eran 70 millones de indígenas y después de siglo y medio de colonia sobrevivieron tres millones».