LAS MUJERES INVISIBLES SON MADRES, PRODUCTIVAS Y LIDERESAS. - APTHAPIAPTHAPI
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LAS MUJERES INVISIBLES SON MADRES, PRODUCTIVAS Y LIDERESAS.

18 Ene , 2021  

Apthapi_ARMANDONAVARRO

 

                                               

                                                                                                         

 

 

Escrito por: Armando Navarro

 

Mi amor qué se te ofrece, buenas tardes, bienvenida yo te hago un descuentico, si no te gusta esa blusita, aquí te tengo otra, una y varias veces repite su cántico preferido para endulzar a los clientes que quedan hipnotizados ante su simpatía y profesionalismo, que ha perfeccionado desde hace 33 años, desde que tenía tan solo 18 abriles.

Jacqueline es otra mujer más en este Apthapi_vendedorapaís que le ha tocado guerrearse la vida en la calle para subsistir, su carrera vertiginosa como vendedora en el espacio público la inicio en 1987 sobre la calle 22 con 7, como madre y artesana, su larga trayectoria en el rebusque la hizo dilapidar la juventud y su niñez, que se esfumó entre pañales, regateo y codazos para ganarse un espacio agreste para sostener sus bebes, que ahora son mayores y ciudadanos de bien, que a pesar de haberlos levantado a la intemperie, sigue trabajando sin descanso en el sector de galerías para mantenerse en pie.

Muy a las 6:30 a.m. llega infalible a su puesto de trabajo, que lo consciente con una ritual barrida antes de empezar el día, ella sabe que su espacio debe estar reluciente y bien organizado, para que los clientes lleguen solos, inicia el montaje extendiendo el catre donde exhibe y descansa la mayoría de ropa que es su fuerte, posteriormente amarra los parales donde cuelga chaquetas, chalinas, bufandas y, blusas de variados colores, después de tener su exhibidor a punto, su merienda y un tinto no pueden faltar para bajar bandera.

Así inician las rutinas diarias para asegurar el pan familiar, actitud, buen humor y tener un plante bien surtido son parte de los ingredientes que se deben tener antes de empezar la labor.  “Mis días transcurren de domingo a domingo, sin descansar un solo segundo, manifiesta Jacqueline Jiménez Peña, líder de la organización de vendedores del sector. Esta esquina de la 53 con 27 la quiero mucho, continúa diciendo, tengo sentido de pertenencia e identidad por este espacio que me lo ha dado todo, gracias a este lugar he sacado a mis cinco hijos adelante, veo además al transeúnte como mi complemento y mis amigos, ellos son la razón de ser de las ventas, por eso me auto regulo para que circulen sin obstáculos, todos tenemos derecho de usar el espacio público”. Enfatiza de forma serena.

Esta mujer de expresiva sonrisa y de vivas comportamiento, se desplaza con garbo y habilidad para atender a sus clientes, su cuerpo menudo y estatura promedio esta siempre acicalado. “Este es uno de los secretos que debemos aprender nosotras las vendedoras, recalca muy animada, estar bien arregladas y hacernos amigas de los clientes los podemos fidelizar, siempre les debemos dar la razón y ser tolerantes con sus inquietudes y preguntas, la clave es atenderlos con amabilidad, así tengamos los problemas más graves. La idea es que no nos vean con lástima, porque nosotros somos dignos trabajadores, el vendedor tiene que tener claro, puntualiza y enfatiza, que el que nos da a nosotros la comida, el arriendo y vivir decentemente es el cliente, por eso debemos cuidarlos con precios justos y con productos de calidad”. Finaliza, así podemos tener éxito en las ventas.

Esta mujer curtida en la práctica, de lugar de recibir cursos y talleritis en las más connotadas instituciones, podría ser más bien maestras y guía en psicología de ventas, mercadeo, administración y economía popular, su talante y experiencia la han vuelto toda una profesional, explica con lujos de detalles como se puede volver productivos y comerciantes, donde están los proveedores calidosos y barateros, como capotear a los cuenta gotas que hace poco se quitó, y como abrir y cerrar una venta que es el sello final. Termina con pícara exclamación, ¡nosotros sabemos dónde ponen las garzas!      

Hasta para enfrentar los diluvios, su destreza no permite que se moje un ápice, ni se le desordene la “merca”, toda una operación relámpago de arte manual, organiza todo ante el primer indicio de oscuridad y de truenos, su olfato natural es fugas para proteger su plante que es su razón de ser.

Todas esas características y capacidades se sintetizan en su sabiduría, carácter, resiliencia y perseverancia, ingredientes suficientes para ganarse el respeto de hombres y mujeres del sector, hecho que se debe resaltar en esta mujer bogotana de 53 años, abuela de siete nietos, que se fue de la casa de tan solo 13 años, por maltrato continuo de su madre, el empoderamiento de Jacqueline es preponderante y desbordado, porque según estudios sobre usos diferenciales del espacio, la calle es jerárquica, androcéntrica, productiva, centrada en las experiencias y necesidades masculinas, la “división sexual del trabajo” que inicio con la Revolución Industrial, destinó a las mujeres al ámbito doméstico y reproductivo. (Murillo, 1996).

Su facilidad comunicativa y su capacidad autodidacta en asuntos legales la ha convertido en líder y representante legal de la Corporación Apthapi_vendedoraComerciantes Unidos de Galerías que preside hace más de 13 años, sus 53 socios han sorteado múltiples problemas internos, típicos de estos procesos sociales, que a través de consenso, tolerancia y dedicación han sido superados. El objetivo fundamental de nuestra organización, es que nos vean fuertes y unidos para hacer valer nuestros derechos ciudadanos y trabajadores populares». Exclama airosa.

Ante la pregunta qué opina del espacio público, contesta de forma contundente, “La calle es muy difícil, no lo niego, continua con voz enérgica, me ha tocado enfrentarme contra el machismo y, constantes atropellos por parte de las autoridades del distrito y de la policía, los desalojos, comparendos y decomisos, han sido implacables con nuestro gremio, unos años atrás nos echaban agua, nos pegaban, nos mal trataban, en esa época nadie defendía nuestros derechos y nosotros salíamos con los ojos tapados, esas secuelas han dejado hullas imborrables tanto físicas, como psicológicas entre nosotras y las familias, por eso la resistencia tan férrea a los funcionarios, el resentimiento nos acompaña porque no nos escuchan como actores que dinamizamos la sociedad y la economía del país.  Finaliza.

Ante estas injusticias y violaciones al derecho al trabajo, al mínimo vital y a la confianza legítima les ha tocado estudiar entre pitos y polución el código de policía, la constitución del 91 y las sentencias que han salido a su favor por sus luchas férreas, estas capacitaciones los ha blindado de desalojos y atropellos policivos. “Hemos podido demostrar que estas medidas han sido inconstitucionales, pasando por encima de las sentencias proferidas por los altos tribunales, lo dice con vehemencia y docta en el tema, nosotras las mujeres somos berracas, nada nos queda grande, nos organizamos formalmente para enfrentar jurídicamente al Estado.  Ese ha sido nuestro secreto a voces, si no, nos hubieran sacado hace mucho tiempo de nuestros espacios de labor”. Finaliza sonriendo.

Después de escucharla detenidamente no queda dudas que la calle le ha curtido la piel “pa las que sea”, tal como lo dice con orgullo, “aquí se aprende la vida velozmente, entre gritos, peleas, polución y comercio, sin ninguna protección y sin límites, porque lo único que se tiene, es la noche, el día y ganas de trabajar, no tenemos más, enfatiza dos veces, no tenemos más”. Esta mujer de carne y huesos parece de otro planeta, de otro Estado, de otra realidad, como si el país que la vio nacer no la hubiera párido, el olvido y la indiferencia es total, hasta el punto que tiene visualizado la calle como su seguro social y el cementerio su pensión.  

Ya casi son las nueve de la noche y el frio arrecia sin compasión, mientras uno se refugia ella campante desmonta cuidadosamente su parafernalia, ubicándola cuidadosamente en bolsas que ya tiene herméticamente organizadas, en menos de media hora tiene su carro listo para ser empujado por su frágil cuerpo que la duplica en peso y tamaño, pero su práctica lo hace ver fácil y sin esfuerzo, que lo rueda con solvencia y sin lamentos, porque el día siguiente la espera con sus cánticos amorosos y ganas de vivir.

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